sábado, 23 de noviembre de 2013

Tesis doctoral del biólogo Daniel Heredia Doval: Redes, sistemas y evolución. Hacia una nueva biología


El joven biólogo español  Daniel Heredia Doval, a quien entrevisté en mi blog hace un tiempo atrás, ha colgado en esta página su extraordinaria tesis doctoral titulada "Redes, Sistemas y Evolución: Hacia una Nueva Biología".

Recomiendo enfáticamente la lectura, estudio y amplia difusión de la tesis doctoral de Daniel, porque es a mi juicio una contribución científica importante en la discusión sobre la evolución biológica y sus mecanismos, así como en la construcción de una nueva ciencia de la biología.

En particular, esta información debería difundirse entre estudiantes de biología, quienes por su juventud tienden a ser más receptivos que un adulto viejo que trabaje y piense en términos puramente darvinianos.

El futuro le pertenece a la juventud de hoy, y es esta juventud la que debe irse formando correctamente, sin heredar los prejucios dañinos o falsos del pasado.

La tesis doctoral de Heredia, erudita, rigurosa y ampliamente documentada, debería ser de obligado estudio para los que quieran aportar algo al conocimiento científico sobre la evolución.

Teísmo y politeísmo como explicaciones anti-naturalistas del comienzo absoluto del universo


Leyendo esta entrada en el blog Subversive Thinking, el autor comentra las siguientes 3 opciones explicativas sobre el origen absoluto del universo:

1)Que el universo viene de la nada (esta es la explicación de físicos ateos como Lawrence Krauss o Stephen Hawking). De hecho esta explicación es una "no-explicación", pues se trataría de un efecto originado sin causa alguna.

2)Que el universo proviene de multiples espíritus, pero no de Dios (explicación politeísta).

3)Que el universo proviene de Dios (explicación teísta).

Por supuesto, cabe argumentar que el universo es eterno, y que lo que comienza a existir es su expansión. Pero aquí estamos asumiendo el comienzo absoluto del universo material, o sea, del conjunto del universo físico.  (De paso, no hay evidencia alguna que el univeso sea eterno; toda la evidencia de la cosmología actual apunta a su finitud temporal).

Yo concuerdo con el autor del blog en que estas son las tres alternativas más plausibles.

Examen de las alternativas:

La primera, que el universo vino literalmente de la "nada" parece claramente absurda. En nuestra experiencia, las cosas que comienzan a existir tienen alguna causa o explicación (conocida o desconocida), no surgen por arte de magia. Este hecho es lo que apoya el llamado "principio de causalidad", que es fundamental en la investigación científica, y que aplica exclusivamente a las cosas que comienzan a existir (tal principio nada dice sobre las cosas eternas, si es que éstas existen).

Así que yo creo que esta no es una alternativa explicativa realista del comienzo absoluto del universo. Es simplemente un acto de fe postulado para excluir una causa trascendente al mundo material.

La segunda alternativa, que el autor llama "politeísta", dice que el universo fue creado por un montón de seres espirituales, principalmente nosotros mismos antes de preexistir en el mundo físico. Según mi conocimiento, casi nadie defiende esta visión en la actualidad. Únicamente lo hacen los seguidores de Ronald Hubbard (el creador de la cienciología) ciertos maestros politeístas orientales, y por algunos espiritualistas modernos. Y supongo que por otros.

Sin embargo, entre los filósofos o académicos especializados en cosmovisiones y tradiciones religiones, practicamente todos han rechazado el politeísmo en todas sus versiones.

Esta visión es compatible tanto con el teísmo como con el ateísmo, pero deja abierta la cuestión ¿esos seres espirituales, o sea nosotros, comenzamos a existir en un momento dado, o hemos existido siempre, eternamente?. 

En el primer caso, si comenzamos a existir, entonces nuestra existencia es contingente y (al igual que el universo) debe tener alguna causa o explicación, lo que nos lleva a empujar el principio explicativo más arriba, hasta encontrar alguna causa necesaria que funde la cadena causal.

En el segundo caso, si no comenzamos a existir y somos temporalmente eternos (es decir, siempre hemos existido), entonces nuestra existencia es presumiblemente necesaria (lo que explicaría nuestra eternidad). Y dado que no solamente existimos necesariamente sino que tenemos el poder de crear un mundo físico ex nihilo (de la nada, sin causa material previa), significa que entonces nosotros dispondríamos de tres de las propiedades atribuidas esencialmente a Dios (necesidad, eternidad y poder para la creatio ex nihilo).

Esto por supuesto es lo que algunas versiones del politeísmo sostienen, y el autor del blog es correcto en llamarle politeísmo a esta opción (aunque según mi conocimiento, los que defienden esta posición no se llaman así mismos politeístas. Más bien son ateos que andan buscando un equivalente metafísico de Dios, que pueda aplicarse en ellos mismos).

En esta visión, nosotros seríamos especies de dioses o semi-dioses (es decir, entidades espirituales dotadas de algunos de los atributos típicos de Dios).

El problema básico con esta visión es que no hay evidencia de que todos o algunos de nosotros hayamos existido siempre. No hay ni si quiera evidencia de todos hayamos pre-existido a esta vida material (incluso la mejor evidencia que apoya la reencarnación, de ser correcta, indicaría a lo sumo que algunas personas reencarnan, no que todas lo hacen... Y en el espiritualismo existe fuerte divergencia de opinión sobre la existencia misma de la reencarnación, hasta el punto de que algunos espiritualistas explícitamente la rechazan).

Otro problema es que tampoco hay evidencia de que nosotros, en cuanto seres espirituales eternos, tengamos individualmente o en conjunto el poder de crear de la nada (ex nihilo) un universo físico. La evidencia más sólida sobre psicokinesis ha mostrado, experimentalmente, el poder de la mente para influir o modificar la materia, pero no para crearla de la nada, mucho menos para crear un universo físico completo con leyes físicas.

Sin embargo, esta posibilidad, por implausible que parezca, es lógicamente posible, y creo yo es la opción que un ateo, no materialista, existencialmente comprometido a negar la existencia de Dios, debería adoptar (aunque le disguste el nombre de politeísmo... pero lo importante no es el nombre, sino el hecho de atribuirle a tales seres espirituales las mismas o algunas propiedades de Dios. Son estas propiedades, no el nombre usado, lo que afirma el politeísmo).  

Nótemos además que la anterior opción, si bien es compatible con el ateísmo, no excluye el teísmo. Después de todo, si se admite que seres espirtuales pueden tener todos esos inmensos poderes creadores, ¿por qué no admitir un ser (Dios) que también los tenga y en un grado superlativo? Nada parece excluir directamente esta posibilidad, otra cosa es que no se quiera aceptarlo) Los ateos filosóficamente informados han comprendido perfectamente esto a lo largo de la historia del pensamiento humano, y es por esto que rechazan  también todas las formas de politeísmo.

Esta opción parece ser, como el autor del blog también lo nota de paso, menos parsimoniosa que el teísmo. ¿Para qué postular un número (indeterminado) de mini-dioses para explicar el universo, si un solo Dios puede hacer el trabajo?

Por último, está la opción teísta, que dice que un Dios personal y omnipotente creó el universo. El autor del blog argumenta, según yo lo entiendo, que las características propiamente personales que encontramos en el universo (tales como conciencia, racionalidad, moralidad, etc.) se explican mejor en una cosmovisión personalista (fundada en una persona) que en una impersonalista (fundada en algo mecánico e impersonal). 

Esto me parece obvio y evidente. Sin duda, en una cosmovisión personalista la existencia de características personales no sorprenden, pues dichas características ya existen en la persona espiritual que funda dicha cosmovisión (sobre todo si esa persona es un Dios máximamente perfecto, o como decía San Anselmo, un ser respecto del cuál "nada más grande puede ser concebido"). En cambio, en una impersonalista, la emergencia de estas características es una novedad que debe ser explicada, y es dificil ver cómo de una materia mecánica e impersonal puede surgir una entidad con justamente las características contrarias (personalidad, intención, etc. que además parecen ser propiedades inmateriales...).

El argumento, creo yo, no es (o no debería ser) que las propiedades personales sean imposibles en una cosmovisión impersonal, sino más bien que tales propiedades personales son más probables en una cosmovisión personalista que en una impersonalista, porque la primera implica la existencia de esas propiedades mientras que la última no lo hace.

El defensor del impersonalismo podría intentar decir de que "a través de millones de años de evolución" eso se produjo, pero tal afirmación no explica nada, porque la cuestión no es el tiempo que se tardó en producir eso, sino la diferencia metafísicamente cualitativa entre un tipo de propiedad y las supuestas "emergentes". (Por ejemplo ninguna ley física predice que la materia evolucionada en millones de años tendrá conciencia de sí misma... este es un hecho nuevo, cualitativamente diferente, que no está predicho por ni incluido en ninguna ley física conocida ni por ninguna combinación de dichas leyes).

Yo creo que este problema es insoluble para las cosmovisiones impersonalistas. Y el fracaso de todos los intentos por explicar eso ha fracasado hasta el momento. Por ejemplo, nadie ha explicado como la conciencia emerge de la materia; lo que se conoce es una correlación entre procesos cerebrales y mentales. Pero una correlación no es una explicación.

El físico cuántico Henry Stapp defiende una interpretación de la mecánica cuántica según la cual la conciencia y la materia son dos partes fudamentales de la realidad; pero la conciencia parece tener prioridad, porque es ella la que causa el colpaso de la función de onde que particulariza la materia. Sin embargo, la conciencia en sí misma no está determinada por la materia. (En este esquema, la conciencia tampoco crea "de la nada", sino que cambia o altera la función de onda, que ya existía, colapsándola en una realidad concreta).

El autor del blog curiosamente omitió la opción panteísta y otras similares, que yo creo que las debió incluir porque algunas personas sostienen esa cosmovisión.

Pero yo creo que los argumentos antes mencionados también aplican al panteísmo, pues éste es una cosmovisión impersonalista. Así que el mismo problema que afecta al naturalismo o materialismo, también aplica al panteísmo y a cualquier otra cosmovisión impersonalista.

El problema no es el naturalismo, sino algo más fundamental: el impersonalismo o mecanicismo que excluye, como elemento básico de la realidad, las propiedades personales.

En conclusión, yo creo que quien acepte el comienzo absoluto del universo tiene buenas razones para pensar que existe un creador personal, trascendente y omnipotente (para crear un universo entero ex nihilo), y por ende que un Dios personal existe.

Ciertamente, esta opción parece más razonable que la naturalista que algunos defienden según la cuál el universo comenzó a existir hace 13.7 mil millones de años atrás... "de la nada".