domingo, 11 de abril de 2010

Bernard Haisch, Ph.D: física cuántica y la conciencia











Bernard Haisch, Ph.D. es un astrofísico, autor de más de 130 publicaciones científicas y alguien que se ha sentido interesado por la relación de la física cuántica (la mejor y más fundamental teoría científica conocida por el ser humano) con la conciencia.

El Dr.Haisch ha publicado un libro dedicado a explorar esta cuestión, titulado "The God Theory", donde desarrolla su tesis de que la física cuántica ofrece algunas luces para comprender la espiritualidad, la conciencia y la existencia de una dimensión trascendente a la cuál podríamos llamar "Dios".

Aunque este no es directamente un libro de ciencia noética, los fans y estudiosos de esta ciencia podrían tener interés en las ideas del Dr.Haisch.

Los videos anteriores recogen una conferencia que dio el Dr.Haisch sobre esta materia, y son una buena introducción a sus ideas.

Michael Roll: El caso científico en favor de la superviviencia de la conciencia







Michael Roll es el director de la organización "Campaign for Philosophical Freedom", la cuál busca difundir la evidencia científica de la supervivencia de la conciencia.

En los anteriores videos, Roll resume algunas de las evidencias que indican que todos sobrevivimos después de la muerte física.

Roll presenta su caso como "racionalista" o "secular", porque no se basa en creencias religiosas, sino en evidencias empíricas y científicas. Esto por supuesto no implica que las personas que tengan alguna creencia religiosa no puedan estudiar esta información, ya que la evidencia presentada por Roll no dice nada sobre la existencia o inexistencia de Dios.

Así que cualquier persona, de la religión que sea, o que no tenga creencias religiosas, puede beneficiarse del estudio de esta información.

Gregg Braden - La sabiduría ancestral, la espiritualidad y la ciencia contemporánea













viernes, 2 de abril de 2010

¿Depende la conciencia del cerebro? Por el filósofo y escritor sobre ciencias noéticas Chris Carter

Nota de ZC: Lo que sigue es una traducción mía de un artículo del brillante filósofo y escritor sobre ciencias noéticas Chris Carter sobre la relación de la mente con el cerebro. Carter es autor de un libro extraordinario y de lectura obligada titulado Parapsychology and the Skeptics. Y próximamente publicará un libro sobre las experiencias cercanas a la muerte, la conciencia y el cerebro. A los fines de este artículo, el término "mente" es equivalente al término "conciencia" (ambos términos se refieren a la experiencia subjetiva de cada persona que solo puede experimentarse en "primera persona", es decir, directamente por cada uno en su interior, y que incluyen los pensamientos, las ideas, los recuerdos, etc.). Al final del artículo he incluido unas notas aclaratorias, que podrían ayudar a una mejor comprensión de este artículo. Tal vez deberían leerse estas notas antes de leer el artículo como tal.


¿Depende la conciencia del cerebro?

Por Chris Carter

"En esta era materialista, los dualistas son frecuentemente acusados de meter a escondidas en la ciencia unas creencias religiosas pasadas de moda, de introducir fuerzas espirituales superfluas dentro de la biología, y de venerar a un invisible "fantasma dentro de la máquina". Sin embargo, nuestra completa ignorancia en relación con los orígines reales de la conciencia hace de tales críticas más un asunto de gusto que de pensamiento lógico. En esta etapa de la ciencia de la mente, el dualismo no es irracional, solamente es algo que no está de moda"- Nick Herber

Los argumentos más fuertes contra la existencia de la post-vida son aquellos que niegan la posibilidad de que la conciencia pueda existir a parte de un cerebro biológico. Estos argumentos derivan su mayor fuerza de hechos de la experiencia comunes e innegables, y de su supuesta asociación con los descubrimientos de la ciencia contemporánea. Pero de hecho, esto argumentos tienen una historia muy antigüa.

Los atomistas griegos fueron los primeros en definir el alma en términos de átomos materiales. Epicuro (3452-270 A.C.) definió el alma como "un compuesto de finas partículas... más asemejado a la respiración con una mezcla de calor". Él enfatizó la completa dependencia del alma en el cuerpo, así que cuando el cuerpo pierde la respiración y el calor, el alma se dispersa y extingue.

El poeta romano Lucrecio (99-55 A.C.) tomó los argumentos de Epíiuro, y continuó la tradición atomista de describir la mente como un compuesto de partículas extremadamente finas. Lucrecio escribió uno de los primeros y más convincentes tratados promoviendo los argumentos según los cuáles la relación entre la mente y el cuerpo es tan estrecha, que la mente depende del cuerpo y no puede existir sin él. Primero, él argumentó que la mente madura y envejece con el crecimiento y decae con el cuerpo; segundo, que el vino y la enfermedad del cuerpo pueden afectar la mente; tercero, la mente es alterada cuando el cuerpo es aturdido por un golpe; y finalmente, si el alma es inmortal, ¿por qué no tiene memorias de su existencia previa?

Argumentos similares, para el efecto de que la mente es una función del cerebro, fueron tomados con mayor fuerza diecinueve siglos más tarde, en el trabajo de hombres tales como Thomas Huxley.

Más recientemente, Corliss Lamont, antigüo presidente de la Asociación Humanista Americana, ha escrito una de las más extensas declaraciones de las posiciones materialistas en su libro The Illusion of Immortality (La Ilusión de la Inmortalidad, nota de ZC), el título del cuál habla por sí mismo. Él nos dice en el prefacio que él mismo comenzo como un creyente en la la vida futura, pero no nos da las razones por las cuáles mantuvo esa creencia contra la cuál reaccionó tan fuertemente.

Lamont correctamente afirma que el tema fundamental es la relación de la personalidad con el cuerpo, y divide las varias posiciones en dos grandes categorías: monismo, que afirma que el cuerpo y la personalidad están unidos y no pueden existir separados; y dualismo, que afirma que el cuerpo y la personalidad son entidades separables que pueden existir separados. Lamont está convencido que los hechos de la ciencia moderna se inclinan fuertemente a favor del monismo, y ofrece lo siguiente como evidencia científica de que la mente depende del cuerpo:

-En el proceso evolutivo la versatilidad de las formas vivientes aumenta con el desarrollo y complejidad de los sistemas nerviosos

-La mente madura y envejece con el crecimiento y decaimiento del cuerpo.

-El alcohol, la cafeína, y otras drogas pueden afectar la mente.

-La desctrucción del tejido cerebral por enfermedad, or por un golpe severo en la cabeza, puede dañar la actividad mental normal; las funciones de la vista, oído y el habla están correlacionadas con áreas específicas del cerebro.

-El pensamiento y la memoria dependen de la corteza del cerebro, y así "es difícil, más allá de cualquier medida, comprender cómo ellos pudieran sobrevivir después de la disolución, decaimiento, o destrucción de el cerebro viviente en el cuál ellos tuvieron su original localización" (p.76)"

Estas consideraciones llevaron a Lemont a la conclusión que la conexión entre la mente y el cuerpo "es tan extremadamente íntima que llega a ser inconcebible cómo uno pudiera funcionar sin el otro... el hombre es un todo unificado de cuerpo-mente o cuerpo-personalidad tan estrechamente y completamente integrado que dividiéndolo en dos partes separadas y más o menos independientes llega a ser no permisible e ininteligible." (Lamont, 1990, pp.86-108)

Lamont considera brevemente los hallazgos de la investigación psíquica, pero afirma que ellos no alteran el cuadro, debido a la posibilidad de otras interpretaciones, tales como el fraude y la telepatía. Sin embargo, el retrato que Lamont hace de la investigación psíquica es extremadamente superficial, y contiene varias afirmaciones incorrectas y engañosas. Para una crítica mordaz del libro de Lamont, exponiendo un conjunto de inconsistencias y non-sequiturs, véase el capítulo XIII del libro A Critical Examination of the belief in a Life After Death por C.J.Ducasse.

En sumario, los varios argumentos contra la posibilidad de la supervivencia son: los efectos de la edad, enfermedad, y las drogas sobre la mente; el efecto del daño cerebral en la actividad mental, y específicamente, el hecho de que las lesiones de ciertas regiones del cerebro elimina o daña capacidades particulares; y la idea que las memorias son grabadas en el cerebro y, por lo tanto, no pueden sobrevivir a la destrucción del cerebro. La inferencia extraída de estas observaciones es que la correlación de los procesos físicos y mentales is tan estrecha que es inconcebible cómo la mente pudiera existir aparte del cerebro. Excepto por las apelaciones de los modernos escritores a la terminología de la neurociencia, los argumentos presentados a favor de la dependencia de lo mental en lo físico son esencialmente los mismos que defendió Lucrecio.


El tema en discusión

Existen realmente dos temas separados aquí: uno es la posibilidad lógica de la supervivencia, y el otro es la posibilidad empírica. La existencia post-mortem de la conciencia es al menos una posibilidad lógica, esto es, no hay autocontradicción en la afirmación que la conciencia puede existir en la ausencia del cerebro. Luego la cuestión es sí o no la supervivencia es una posibilidad empírica, esto es, si o no la idea de la supervivencia es compatible con los hechos y leyes de la naturaleza tal cómo se comprenden en la actualidad.


Suposición implícita detrás de los argumentos empíricos contra la posibilidad de la supervivencia.

Todos los argumentos mentiones arriba que se oponen a la posibilidad empírica de la supervivencia son basados en una cierta suposición de la relación entre la mente y el cerebro que usualmente pasa desapercibida. Por ejemplo, uno de los argumentos mencionados anteriormente comienza con la observación que un golpe severo en la cabeza puede causar la cesasión de la conciencia; de este hecho se concluye que la conciencia es producida por un cerebro que funciona apropiadamente, y así no puede existir en su ausencia.

Sin embargo, esta conclusión no está basada únicamente en la evidencia. Hay una implícita, tácita suposición detrás del argumento, y que es empleada inconscientemente. La premisa escondida detrás de ese argumento puede ser ilustrada con la analogía de escuchar música en la radio, luego hacer pedazos el receptor del radio, y de allí concluir que la radio estaba produciendo la música. La suposición implícita hecha en todos los argumentos discutidos arribas fue que la relación entre la actividad cerebral y la conciencia fue siempre una de causa a efecto (Nota de ZC: la causa siendo el cerebro y el efecto siendo la mente), y nunca esa del efecto a la causa (Nota de ZC: es decir, de la mente hacia el cerebro). Pero no se sabe si esta suposición es verdadera, y no es la única suposición concebible compatible con los hechos observados mencionados anteriormente. Tan compatible con los hechos observaods es la idea que la función cerebral es la de un intermediario entre la mente y el cuerpo --- o en otras palabras, que la función cerebral es la de una receptor-transmisor--- algunas veces del cuerpo al cerebro, y algunas veces del cerebro al cuerpo.

La idea que el cerebro funciona como un intermediario entre la mente y el cuerpo es muy antigüa. Hemos visto cómo Hipócrates describió el cerebro como "un mensajero de la conciencia", y como un "intérprete de la conciencia". Pero, como la teoría materialista, este antigüo argumento también tiene sus proponentes modernos -- principalmente Schiller, Bergson y James.

Ferdinand Schiller fue un filósofo de Oxford en 1891 cuando un libro con el título Riddles of the Sphinx apareció, el cuál, de acuerdo a la portada, fue escrito por un troglodita (hombre de las cavernas). Este troglodita resultó ser Schiller, quien en su libro atacó el materialismo prevalenciente a finales del siglo 19 sin revelar su nombre para evitar "los honores estériles de un inútil martirio". Schiller se comparó así mismo con el hombre de la República de Platón, quien había vislumbrado la verdad pero encontró que sus compañeros trogloditas simplemente no creyeron sus relatos, y así lo consideraron ridículo.

En su libro, Schiller propone que "la materia es una máquina admirablemente calculada para regular, limitar y restructurar la conciencia que ella encierra". Él argumenta que la estructura física más simple de "seres inferiores" deprime su conciencia hasta un punto inferior, y que la más alta complejidad organizacional del hombre le permite un mayor nivel de conciencia. En sus palabras:

La materia no es lo que produce la conciencia sino lo que la limita y confina su intensidad dentro de ciertos límites... Esta explicación admite la conexión de la materia con la conciencia, pero afirma que el curso de interpretación debe proceder en la dirección contraria. Así, se ajustará a los hechos que el materialismo rechazó como "sobrenatural" y por lo tanto alcanza una explicación que es en última instancia sostenible en vez de una que es en última instancia absurda. Y es una explicación la posibilidad de la cuál ninguna evidencia a favor del materialismo puede posiblemente afectar.

En cuanto a los efectos de la lesión cerebral, Schiller argumenta que es una explicación igualmente buena decir que la manifestación de la conciencia has sido impedida por la lesión, en vez de ser extinguida por ella. En relación con la memoria, él piensa que es el olvido en vez de la memoria lo que necesita de una explicación física: señalando el recuerdo total experimentado bajo hipnosis y las "memorias extraordinarias que, en general, posee la gente que se está ahogando o muriendo", él argumenta que nosotros nunca olvidamos nada, sino más bien que somos impedidos de recordarlo por las limitaciones del cerebro.

El filósofo francés Henri Bergson, mantuvo ideas similares a las de Schiller, aunque no está claro si él alguna vez leyó Riddles of the Sphinx. Bergson intentó reconciliar el determinismo físico con la aparente libertad del comportamiento humano, proponiendo una teoría de la evolución en donde la materia está atravesada por una conciencia creativa: materia y conciencia interactúan, siendo ambas componentes elementales del universo, ninguna de las cuáles es reducible a la otra.

Según Bergson, el cerebro canaliza y limita la mente, restringiendo su concentración de atención y excluyendo los factores irrelevantes para la propagación y supervivencia del organismo. Él asumió que las memorias tienen una localización extra cerebral, pero que la mayoría de ellas son normalmente filtradas a los fines prácticos, y en apoyo de esto, él refiere las experiencias cercanas a la muerte en las cuáles los historiales de la vida completa del sujeto aparencen ante sus ojos. El cerebro es, por tanto, tanto el "órgano de atención para la vida" como un obstáculo para una mayor conciencia.

Él especula que si el cerebro es un obstáculo limitador, que filtra formas de conciencia no necesarias para las necesidades biológicas del organismo, entonces la liberación del cuerpo puede muy bien resultar en una forma extendida de conciencia, la cuál continúa conjuntamente con su camino de evolución creativa.

En 1898, el psicólogo americano y filósofo William James impartió la conferencia Ingersoll Lecture. Al comienzo de la conferencia, él señala que "Cada uno conoce que la detención del desarrollo cerebral ocasiona imbecilidad, que golpes en la cabeza suprimen la memoria o la conciencia, y que los estimulantes cerebrales y venenos cambian la cualidad de nuestras ideas".

Él entonces hace el planteamiento que los fisiólogos modernos "han solo mostrado que este hecho generalmente admitido de una dependencia (nota de ZC: entre el cerebro y la mente) es detallada y minuciosa" en el sentido que "las diferentes formas de pensamiento son funciones de porciones especiales del cerebro"

James luego explora las diversas posibilidades sobre el tipo exacto de dependencia funcional entre el cerebro y la conciencia. Normalmente se piensa que tal dependencia es solo productiva, en el sentido en que el vapor es producido por una caldera. Pero esta no es la única forma de función que nosotros encontramos en la Naturaleza: también conocemos al menos dos formas más de dependencia funcional: la función permisiva, que encontramos por ejemplo en el gatillo de una ballesta; y la función transmisiva, como la que existen en el lente de un prisma.

Un lente o un prisma no produce la luz, sino solamente la transmite en una forma diferente. James escribe al respecto:

En forma similar, las teclas de un órgano tienen solo una función transmisiva. Ellas abren sucesivamente los diferentes tubos y dejan que el viento de la cámara de aire se escape en diferentes formas. Las voces de los diferentes tubos están constituidas por las columnas de aire temblando cuando ellas emergen. Pero el aire no se produce en el órgano. El órgano propiamente dicho, distinto de su cámara de aire, is solo un aparato que permite dejar que las porciones de aire sean liberadas en formas peculiarmente limitadas. Mi tesis actual es que cuando pensamos de la ley según la cuál el pensamiento es una función del cerebro, no estamos obligados a pensar en una función productiva solamente; sino que estamos justificados en considerar también una función permisiva o transmisiva. Y esto es lo que el psicofisiólogo deja de lado en su explicación.


Ejemplo de un "órgano" musical

James entonces plantea la objeción contra la teoría transmisiva de la relación cuerpo-mente. Sí, la teoría de la transmisión puede ser una posibilidad lógica, pero ¿no es solo una especulación desenfrenada? ¿No es la hipótesis de la producción mucho más simple? ¿No es más científicamente riguroso tomar la relación entre el cerebro y la mente ser una de producción, y no de transmisión?

Pero como James señala, desde el punto de vista estricto de la ciencia empírica, estas objeciones son irrelevantes. Estrictamente hablando, lo más que podemos observar es una variación concomitante entre los estados cerebrales y los estados mentales-- cuando la actividad cerebral cambia en una cierta forma, entonces la conciencia también cambia. La hipótesis de la producción, o de la transmisión, es algo que tenemos que añadir a las observaciones dela variación concomitante a los fines de poder explicarla. Un científico nunca observa los estados del cerebro produciendo los estados de la conciencia. Verdaderamete, no está muy claro lo que significaría observar dicha producción.

En cuanto a la objeción que la hipótesis de la transmisión es un poco fantástica, exactamente la misma objeción podría plantearse contra la teoría de la producción. En el caso de la producción del vapor por parte del caldero, tenemos un model fácilmente comprensible (de alteraciones del movimiento molecular) porque los componentes que cambian son físicamente homogéneos con cada uno. Pero parte de la razón por la cuál la relación mente-cuerpo ha sido considerada tan desconcertante por tanto tiempo es porque los eventos psicológicos y físicos parecen ser completamente diferentes los unos respecto de los otros.

Esta diferencia radical en sus naturalezas hace extremadamente difícil conceptualizar la relación entre los dos en términos de todo lo que es familiar para nosotros. Es parcialmente por esta razón que aunque ya han pasado más de un siglo desde que James impartió su conferencia, en todo este tiempo ni la psicología ni la fisiología han sido capaces de producir un modelo inteligible de cómo los procesos bioquímicos pudieran ser posiblemente transformados en una experiencia conciente.

Se ha señalado muchas veces que no hay ningún requerimiento lógico de que "solo lo similar causa lo similar", o en otras palabras, que solo las cosas de una naturaleza similar puedan afectarse recíprocamente. Pero esta consideración no ha removido el misterio de la relación cuerpo-mente. Como James escribió, la producción de la conciencia por el cerebro, si eso de hecho ocurre, es "en cuanto a lo que se refiere a nuestra comprensión, un milagro tan grande como si dijéramos que el pensamiento es "espontáneamente generado" o "creado de la nada"".

James continuó:

La teoría de la producción es por tanto ni una pizca más simple o creíble en sí misma que cualquier otra teoría concebible. Es solo más popular. Todo lo que uno necesita, por lo tanto, si el materialista corriente nos reta a explicar cómo el cerebro puede ser un órgano para la limitación y determinación de una cierta forma de conciencia que se produce en otro sitio, es pedirle que explique cómo puede ser el cerebro un órgano para producir conciencia a partir de la nada. Para propósitos polémicos, las dos teorías están así exactamente a la par.

En resumen, James elaboró unas líneas de razonamiento previamente planteadas por Schiller, y argumentó que la dependencia de la conciencia del cerebro para los fines de su manifestación en el mundo material no implica que la conciencia dependa del cerebro para su existencia. Al final del libro "Las variedades de la experiencia religiosa", él admite estar impresionado por la investigación de Myers y otros miembros de la Sociedad para la Investigación Psíquica, y concluye que el tema de la supervivencia es un asunto que debe determinarse en base a los hechos.

James escribió estos trabajos a la vuelta del siglo XIX, pero desde entonces estos argumentos han sido apoyados y desarrollados por muchos filósofos y psicólogos recientes, tales cómo los filósofos Curt Ducasse y David Lund, y el psicólogo Cyril Burt. Este último resumió elegantemente la posición planteada por Schiller, Bergson y James:

El cerebro no es un órgano que genera la conciencia, sino más bien un instrumento evolucionado para transmitir y limitar los procesos de la conciencia y de la atención conciente para restringirlos a estos aspectos del entorno material los cuáles son, en cualquier momento, cruciales para el éxito terrestre del individuo. En ese caso, tales fenómenos como la telepatía y la clarividencia serían simplemente ejemplos en los cuáls las limitaciones fueron removidas.

El argumento, en esencia, es que las hipótesis de la transmisión y de la producción son igualmente compatibles con los hechos que el materialismo trata de explicar, tales como los efectos de la senilidad, las drogas o el daño cerebral en la conciencia; pero la hipótesis de la transmisión tiene la ventaja de ofrecer un marco para la comprensión de otros fenómenos que deben permanecer completamente inexplicables en el contexto de la hipótesis materialista. Los materialistas simplemente niegan que estos otros fenómenos existan, porque ellos correctamente se dan cuenta que la existencia de estos fenómenos amenza con extinguir su ideología.

FIN.

Notas y aclaraciones de ZC:

Para una mejor comprensión de este artículo, es necesario aclarar algunos conceptos:

-Mente o conciencia: Experiencia subjetiva (solo experimentable por cada persona en su interior). Procesos como el pensamiento, la reflexión, los recuerdos, las ideas, los conceptos, se producen en la mente o conciencia de cada uno. La conciencia o mente solo se puede conocer directamente en "primera persona" (nadie puede acceder directamente a mis pensamientos o vivir mis experiencias, solo es posible inferirlos a partir de mi conducta o expresiones o imágenes cerebrales)

Esto parece contrastar con la "materia", la cuál no tiene experiencia subjetiva, y puede conocerse en "tercera persona" (por ejemplo, como cuando se analiza un átomo, una molécula, un ordenador, una montaña, etc. los cuáles se estudian "desde fuera", en tercera persona). Además, la materia se rige por leyes físicas, ninguna de las cuáles predice ni explica la aparición de "mente" o "conciencia" en ningún sistema material.

No existe ninguna ley física o natural conocida que explique el mecanismo o que prediga cómo un objeto material cualquiera puede adqurir, de repente, una mente o una conciencia de sí mismo, es decir, que adquiera "subjetividad" o "vida interior".

-Empírico: basado en la experiencia.

-Post-vida: vida después de la muerte; supervivencia de la conciencia después de la muerte física.

-Materialismo: conjunto de doctrinas filosóficas según las cuáles "Todo es material" (lo que implica que lo espiritual, lo ideal, lo inmaterial, no existe). El materialismo entendido de esta forma implica el ateísmo o la negación de que Dios existe (ya que Dios es por definición inmaterial, y lo inmaterial no existe para los materialistas), aunque no todos los ateos sean materialistas (hay ateos espirituales, como los budistas). Pero es cierto que la mayoría de ateos son materialistas.

En el caso de la relación mente-cerebro, el materialismo plantea que el cerebro produce la mente (o conciencia), y que en consecuencia, la mente no puede existir sin un cerebro. De allí que los materialistas no crean en la supervivencia después de la muerte, ni en la existencia de fenómenos paranormales o psi como la telepatía o la precognición (ya que estos fenómenos sugieren una cierta independencia de la mente con respecto al cerebro). De allí que típicamente los materialistas sean extremadamente críticos, y hasta abiertamente hostiles, hacia la ciencia noética, la parapsicología, la espiritualidad, la vida después de la muerte y temas afines.

No hay que confundir este materialismo filosófico antes mencionado con el materialismo en sentido ético o vulgar (según el cuál, lo único que importa es lo económico o el dinero, como cuando se dice "Es que ella es muy materialista, solo piensa en el dinero"). El materialismo filosófico no tiene necesariamente que ver que el materialismo ético.

El materialismo filosófico implica la teoría de la producción (ver más abajo)

-Dualismo: conjunto de doctrinas filosóficas según las cuáles la mente es diferente y separable del cerebro. De allí el nombre de "dualismo", ya que establece que existen dos (2) principios o sustancias (la mente y el cerebro), que interactúan pero que son diferentes y separables.

La evidencia de la supervivencia de la conciencia, en caso de ser correcta, demuestra que el dualismo es verdad (porque es la conciencia/mente, y no el cerebro, lo que sobrevive a la muerte física)

La teoría de la transmisión supone que el dualismo es verdadero, y su propósito es explicar (o al menos conjeturar) la relación entre la mente y el cerebro..

-Teoría o hipótesis de la producción: Es la tesis que establece que el cerebro produce la mente en una forma similar a cómo el sistema digestivo produce la digestión. Para esta hipótesis, la mente depende para su existencia del cerebro, y no es separable de él. Por tal motivo, cuando se produce la muerte, la mente se extingue también.

Esta es la tesis aceptada por la neurociencia contemporánea y la psicología. Pero las investigaciones en ciencias noéticas sugieren que esta tesis podría ser equivocada, ya que fenómenos como la visión remota (ver en la mente, por vía paranormal, objetos a distancia) , o la precognición (conocer eventos futuros) parecen indicar una cierta independencia de la mente en relación con el cerebro (por ejemplo, en la precognición, la mente es capaz de conocer un hecho futuro aun cuando el cerebro se encuentre en el presente. Esto significa que la mente puede "ubicarse" en un tiempo diferente al cerebro físico, lo cuál implica que la mente es algo distinto del cerebro).

La hipótesis de la producción es incompatible con la supervivencia de la conciencia.

-Teoría o hipótesis de la transmisión: Hipótesis según la cuál el cerebro es un instrumento para la transmisión, en el mundo físico, de la mente o conciencia. Según esta hipótesis, el cerebro no produce la mente, solo la transmite en el mundo físico.

En otras palabras, la mente existe por sí misma, con independencia del cerebro, pero durante nuestra vida física en la Tierra, la mente usa el cerebro como un instrumento biológico adecuado para adaptarse y funcionar en el mundo físico.

Esta hipótesis plantea que la relación entre el cerebro y la mente es en dos direcciones: la mente afecta al cerebro y al cuerpo (como ocurre en el efecto placebo, donde las creencias en la eficacia de un medicamento producen cambios fisiológicos favorables en el organismo), y el cerebro afecta la mente (como ocurre con la drogas o la cirugía cerebral, que afectan la mente al alterar el cerebro).

Esta hipótesis de la transmisión es compatible con la supervivencia de la conciencia.

-Posibilidad lógica: una idea o afirmación es lógicamente posible cuando no es contradictoria consigo misma. Por ejemplo, "Papa Noel es un ser real" es una afirmación falsa, pero es lógicamente posible porque no hay contradicción alguna en esa idea.

Pero la idea "El triángulo tiene cuatro lados" es una imposibilidad lógica, es decir, no es lógicamente posible que existe un triángulo de cuatro lados, porque por definición un triángulo solo puede tener tres lados.

-Posibilidad empírica: Una idea o afirmación que, además de ser lógicamente posible, está apoyada por alguna evidencia empírica (empírico = apoyado por la experiencia).

Por ejemplo, la idea "Papa Noel es un ser real" es una posibilidad lógica, pero no es una posibilidad empírica, porque no hay evidencia empírica alguna que la apoye.

La afirmación "La mente sobrevive a la conciencia" es una posibilidad lógica, pero además ¿es una posibilidad empírica? Solamente examinando la evidencia podremos responder esa pregunta (mi opinión es que la respuesta es afirmativa)

-Dependencia de la mente del cerebro: Frase ambigüa que no distingue entre una dependencia existencial (la mente depende para su existencia del cerebro), de una dependencia solo instrumental (la mente depende para su funcionamiento en el mundo físico de un instrumento como el cerebro).

Nadie discute que en los seres humanos la mente y el cerebro están conectados, y se afectan mutuamente. Lo que está en discusión es si esa conexión implica que el cerebro produce o no produce la mente. Esto es un problema filosófico, no solo científico.

Mucha gente asume que por el hecho de que las enfermedades cerebrales, las drogas, etc. afecten la mente es prueba concluyente de que el cerebro produce la mente. Pero eso tan simplista y superficial como creer que el hecho de que mi teléfono móvil, al recibir un golpe o al manipularle las teclas, produzca un cambio en la voz de la persona con la que estoy hablando, implque que mi teléfono produce la voz real de la persona (mi teléfono lo que hace es transmitir esa voz, no producirla; y prueba de ello es que si mi teléfono es destruido, la voz de la persona ya no podrá ser transmitida por ese teléfono, pero eso no implica que dicha voz haya sido destruida. De hecho, esa voz podría ser transmitida por otros teléfonos... ya que la voz es independiente de cualquier instrumento de transmisión.)

Mi teléfono es solamente un instrumento para recibir y transmitir la voz de otra persona, pero sería absurdo concluir que la persona se encuetra dentro de mi teléfono o que su voz es existencialmente dependiente de un teléfono. (Quizás si en el siglo X después de Cristo se le hubiese dado a alguien un teléfono móvil, esa persona pensaría que la voz que escucha es producida por el teléfono, o que es un "objeto que habla", o que hay un hombre en miniatura metido en ese objeto)

¿No se estará cometiendo el mismo error al pensar que el cerebro produce la conciencia, en vez de ser solamente un instrumento de recepción, limitación y transmisión de la conciencia para un óptimo funcionamiento en el mundo físico? Este es el punto central del artículo de Carter, y es importante que cada uno de los lectores reflexione en profundidad sobre esta materia.

-La conferencia "Ingersoll Lecture" de William James sobre la post-vida puede leerse en inglés en esta página.

-La crítica al libro de Corliss Lamont por el filósofo C.J.Ducasse puede leerse en inglés en esta página.

-La página de Chris Carter es esta.

-Una entrevista en inglés con Chris Carter puede escucharse en esta página (la parte 1 aquí, y la parte 2 aquí)

-Los artículos de mi blog sobre la vida después de la muerte pueden verse aquí.